El Dr. Richard Maulión es un Médico Clínico, Psiquiatra y Neurólogo Alopático y Holístico que radicó mas de 31 años en los Estados Unidos y Hawaii. Dedicó su vida al aprendizaje de varias disciplinas tanto de medicina convencional, como fuera de ella. Su objetivo es enseñar técnicas y vivencias que aleje al individuo del dolor, la tristeza, la intranquilidad, y lo acerque a la paz, la alegría, el amor y la felicidad, para luego transmitirlo a sus seres queridos y a su entorno.
domingo, 5 de agosto de 2012
viernes, 20 de julio de 2012
El Paradigma de la "NORMALIDAD"...
En
la plataforma de toda sociedad opera un paradigma que define los parámetros de
la "normalidad". Y es exactamente este mismo paradigma el que opera
secretamente en la base de todos nuestros comportamientos, tanto interiores
como exteriores.
Un
paradigma define lo que es normal, y lo que es normal es lo que no hay que
explicar.
Tanto
es así, que este paradigma funciona como una especie de centro magnético
extremadamente potente que posee una fuerza de atracción en todas las mentes de
los seres humanos.
Uno
tiene miedo de ser diferente. De pensar diferente. De vestirse diferente. Uno
tiene miedo de expresar su singularidad que es precisamente el tesoro más
invaluable que cada uno porta. Tenemos miedo a expresar nuestra diferencia y la
culpa no es de nadie. El miedo está sembrado dentro de cada mente
y el trabajo de uno es disiparlo.
La "normalidad" instaura colectivamente un patrón de comportamiento aceptado y convencionalizado, y ejerce sobre cada individuo el poder de cercenarnos, de cortar aquella virtud única que cada uno posee por ser un ser irrepetible en el mundo.
Uno tiene miedo a salir de los parámetros establecidos. Porque de hecho si se sale de ellos, no solo que el resto de las personas (por su propio miedo) te tildan de "loco", "delirante", "estúpido", o "egocéntrico", o “que aparato”, lo cual hace que tu propia psique vacile en su seguridad por el primitivo miedo de volverse esquizofrénico, ya que la noción de lo que es "realidad" está determinada por lo que la mayoría dice.
Además uno como ser humano, naturalmente, quiere ser aceptado, quiere ser amado, quiere ser un ser querido para otros humanos. Entonces claro, este deseo profundo se seudo-realiza en la medida que yo me acoplo a lo socialmente establecido para que me acepten y me quieran.
Pero el punto no es ese. Hay que mandar a la mierda el paradigma y su normalidad, que no está allá afuera, en el exterior. Sino que está dentro de uno, en las entrañas mismas de la psique. El paradigma y el miedo es uno mismo.
Por esto mismo, y esto lo escribo también para mí mismo, si queremos expresar quienes somos primero dediquémonos al miedo. Nuestro miedo. Cuando el miedo disminuye su intensidad, el efecto primario es una dosis de seguridad y coraje interior.
Nosotros, la humanidad, ya estamos locos y delirantes desde el comienzo de los tiempos. Fingir normalidad es evadir nuestra naturaleza diversa.
El sistema y el paradigma es supraindividual, está por encima de los individuos. Y gobierna furtivamente nuestra belleza.
La "normalidad" instaura colectivamente un patrón de comportamiento aceptado y convencionalizado, y ejerce sobre cada individuo el poder de cercenarnos, de cortar aquella virtud única que cada uno posee por ser un ser irrepetible en el mundo.
Uno tiene miedo a salir de los parámetros establecidos. Porque de hecho si se sale de ellos, no solo que el resto de las personas (por su propio miedo) te tildan de "loco", "delirante", "estúpido", o "egocéntrico", o “que aparato”, lo cual hace que tu propia psique vacile en su seguridad por el primitivo miedo de volverse esquizofrénico, ya que la noción de lo que es "realidad" está determinada por lo que la mayoría dice.
Además uno como ser humano, naturalmente, quiere ser aceptado, quiere ser amado, quiere ser un ser querido para otros humanos. Entonces claro, este deseo profundo se seudo-realiza en la medida que yo me acoplo a lo socialmente establecido para que me acepten y me quieran.
Pero el punto no es ese. Hay que mandar a la mierda el paradigma y su normalidad, que no está allá afuera, en el exterior. Sino que está dentro de uno, en las entrañas mismas de la psique. El paradigma y el miedo es uno mismo.
Por esto mismo, y esto lo escribo también para mí mismo, si queremos expresar quienes somos primero dediquémonos al miedo. Nuestro miedo. Cuando el miedo disminuye su intensidad, el efecto primario es una dosis de seguridad y coraje interior.
Nosotros, la humanidad, ya estamos locos y delirantes desde el comienzo de los tiempos. Fingir normalidad es evadir nuestra naturaleza diversa.
El sistema y el paradigma es supraindividual, está por encima de los individuos. Y gobierna furtivamente nuestra belleza.
¡Expresar! ¡Expresar!
¡Expresar!
¡Expresemos nuestra
locura y nuestra diferencia hasta la muerte!
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